¡Hola gastrónomos!
¿Cómo ha sido este lunes tan soleado? El mío largo e intenso pero genial aunque os lo tengo que contar a toda prisa porque se me ha hecho tardísimo retocando cosas de la página y mañana he de madrugar, me espera un día duro. (Ah sí y… ¡me muero de sueño!)
Hoy me desperté muy pronto pues a las 8 tenía clase con mis alumnos de la Escuela del Gremio de Confiteros, hicimos una prueba de análisis sensorial: distinguir dos marcas distintas de quesitos y dos diferentes de patatas fritas. ¡Lo hicieron muy bien! Y tuve que acabar las clases antes de lo previsto porque esta semana tengo sesión del Curso de Especialista en Protocolo que estoy cursando coincidiendo con los actos de entrega de los Premios Principe de Asturias. ¿Hay un acto más protocolario que ese en Oviedo? Las clases son super interesantes y volver a las aulas después de un tiempo sin pisarlas me encanta y más aun si el escenario es el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo.
Después de una mañana hablando de Protocolo Académico me marché rápidamente a comer y de vuelta a las clases para una lección de «las artes gráficas y su aplicación técnica y práctica en el Protocolo». ¡He oído y aprendido un montón de cosas nuevas!
Nada más acabar las clases corriendo a hacer recados y para casa, escribir un poco, estudiar, pasar lo apuntes a limpio y hacer la cena. Y respirar, sí, respirar.
Después de cenar me he puesto de nuevo con el ordenador y se me ha ido el santo al cielo trabajando, se me ha hecho tan tarde que son las 00.15 y yo sigo aquí delante de la pantalla encantada de compartir con vosotros mi día pero con un sueño de muerte.
Dormid bien gastrónomos, mañana más y mejor.
fdo,
Fotografía de portada del día de la lectura de mi tesis en la Università di Scienze Gastronomiche en el año 2013