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Final Masterchef Celebrity: COOK ME I'M FAMOUS

Final Master Chef Celebrity: COOK ME I’M FAMOUS

Anoche llegué a la final de Master Chef como llega uno siempre a las citas importantes: tarde. No sólo me retrasé porque tardase en calentarme la cena: además, era el segundo o tercer programa que veía entero de la edición celebrity. Quién iba a decir que exceptuando dos o tres perfiles, la liga de la justicia de la caspa no me iba a atraer lo suficiente como para tragarme un programa que, aunque disfruto con locura, repite pruebas e invitados sin pudor, huele a rancio y acaba entre la una y las dos de la noche.

Frío en espíritu, encendí la televisión para encontrarme a Loles León ya cantando y en plena faena. Loles León, la Sarah Palin de Barcelona. Loles León, el hermano gemelo malvado de Gordon Ramsay. Si ya dijo Jordi un poco después que era la tercera pata de Fernando Tejero. Maldita sea, ¿cómo puede ser eso algo bueno?

La prueba era seguir a Ramón Freixa, uno de los chefs comodín del programa, mientras él preparaba un plato de igual diseño que el vestido de Loles. Loles León, la Agatha Ruiz de la Prada del ISIS. Ya paro. Hubo los líos que siempre hay en este tipo de pruebas, todos eclipsados por el clásico «vamos a meter en la nevera este plato cuidado no os equivoquéis luego». Efectivamente, cuatro platos entraron en el frigorífico y salieron dos cambiados, un pollo asado y Diana Quer. No se metan conmigo que han tenido que ir a Google.

Cayetana, una mujer que es todo amor, pasó a la final tras haberlo hecho muy bien. Como consecuencia de su ya mencionada personalidad ejemplar y mi gusto por su candidatura, resultaba imposible que ganase. El vencedor debía estar entre Fernando Tejero y su shinigami (para los ancianos y abogados: sigo hablando de Loles León) o Miguel Ángel Muñoz, un hombre con una carrera de actor por desgracia parecida a la de Miguel Ángel Muñoz.

Siguiente prueba: que Fito (foto abajo) preparase unos platos y ellos los imitasen. Bueno, y que además, los sirviesen en la gala menos apetecible de la historia de las galas, e incluyo aquí el especial nochevieja de Canal Sur de 1993. Eso sí, entre los invitados estaba Ramón García y eso mola. Ramonchu, el hombre que me arropa año tras año prometiéndome que todo saldrá bien. Así que me quedé un rato más.

Fito en Master Chef

Tras intentar incitar el más lastimero baile de la historia de los bailes lastimeros, e incluyo el baile entre la Duquesa de Alba y su último marido en su boda, Eva González apartó a los concursantes para determinar el juicio del jurado. Loles León, el Vox de la gastronomía, cocinó un salmón de peor calidad que la carrera de alguno de los que se lo tuvieron que comer. Fernando Tejero estuvo a punto de ganar, pero se equivocó y en vez de sal echó veneno en sus platos, así que tuvo que pasar a la final Miguel Ángel Muñoz. Por desgracia, el único adorable que quedaba, y una amenaza real para Cayetana.

Pequeño anuncio de las navidades con Dani Martín en TVE (planazo) y seguimos. Llegamos a la final. Para rodear a los aspirantes y añadir otra hora a este programa de ritmo endiablado, aparecen familiares, amigos y concursantes anteriores. De Miguel Ángel Muñoz vino su abuela, no sé si porque no tiene mucho más familiar a mano, si porque vendía más o si porque la señora no come mucho y era más fácil que se estuviese quieta. Si no fuesen las 02: 49, lo miraría.

gif-cama

Fernando Tejero dijo «estos dos se arañarían», refiriéndose a Cayetana y Miguel Ángel, porque piensa que todo el mundo es de arañar. Hizo el sonido del tigre para profundizar. Pusieron las tomas falsas, que resultaron amenas y para toda la familia, hasta que hubo una mención directa al carnet de identidad caducado de Loles León. Y con carnet de identidad caducado quiero decir vagina.

jack-nicholson

Flipé cuando apareció José Andrés para ayudar al jurado. Siempre he creído que es uno de nuestros mejores embajadores y uno de los más olvidados. Además, es de Mieres. Cayetana preparaba un ciervo en su hábitat, porque todo el mundo sabe que los bosques están plagados de ollas burbujeantes y Miguel Ángel preparaba las lágrimas para dentro de un rato, junto al combo abrazo a la abuela y mirada al cielo.

Los dos estuvieron muy igualados, porque a los dos les criticó el jurado un montón. Los dos hicieron muchas cosas mal. Ganó él, porque alguien tenía que ganar. Y yo me lo pasé bien pero me sigo preguntando por qué jamás he llamado a mi abuela tata o yaya ni abu siquiera, por qué este programa me gusta tanto y qué concepto del feminismo le estarán intentando explicar ahora a El Cordobés.

Siento haberles dejado solos gastrónomos, cuando venga un Master Chef de verdad volveré. El junior que empieza la semana que viene no vale. Aunque intentaré pasarme, y si no ya saben que me tienen en Twitter. Un abrazo y a ponerle sabor a la vida, mequetrefes.

 

Puedes leer a Santi Alverú todos los lunes en Yonlok.
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