¡Hola gastrónomos!
Pensaba comenzar este post razonando y numerando los motivos por los que adoro los congresos y ferias de gastronomía y en especial Madrid Fusión. Lo haré, pero no sin contaros antes la odisea de viaje que hemos vivido Iratxe (LivingDreams en el mundo 2.0) y yo.
Todo empezó en el momento en el que a Ira se le encendió la bombilla y decidió que debido al temporal la mejor idea sería dejar su precioso todoterreno en el garaje e irnos en el Alvia. Hasta ahí todo bien. Fuimos como reinas, durmiendo, riendo, trabajando y tan contentas.
Llegamos a Madrid y directas a MFM2015. Después de un poco de lío con acreditaciones y demás ya estábamos dentro dispuestas a patearnos todo el Palacio de Congresos en busca de tendencias, platos, técnicas y demás secretos del mundo culinario. Fue genial, como siempre, encontrarnos con un montón de gente conocida a la que nos solemos topar solo en este tipo de eventos. Otros locos de la gastronomía que también adoran esta clase de actos y que sabes entienden a la perfección tu efusividad por escuchar a un chef u otro hablar o por probar un nuevo menú degustación.
Otra de las cosas que a mi me hace especial ilusión en estos casos es encontrarme con los embajadores de la gastronomía de mi tierra, Asturias. Tanto chefs como productores o proveedores que se dirigen a estas concentraciones para defender y posicionar nuestros productos y colocarlos en lo más alto. Grito siempre a los cuatro vientos que estoy más que orgullosa de ser asturiana y de poder defender su cultura gastronómica y más aún en un evento como este en el que se juntan cocineros de todo el mundo. Estos días hemos tenido la suerte de encontrar a muchos de nuestros embajadores gastronómicos. Nada mejor que unas algunas de las fotos para contároslo:
Otro de los momentazos de Madrid Fusión es la subasta de las trufas. Este año se recaudaron nada más y nada menos que 13.200€ que fueron destinados a la fundación Luis Guanella,encargada de ayudar a las personas con discapacidad intelectual. El espacio fue presentado de manera súpersimpática y dinámica por Juan Echanove y Alberto Chicote.
Una de las trufas se marchó para el restaurante Don Giovanni de la mano del chef Andrea Tumbarello y la otra un poquito más lejos, a Beijing.
Aprovechamos también el viaje a Madrid para visitar el espacio Gourmet Experience que El Corte Inglés ha inaugurado en Serrano. Cenamos en el Salón Cascabel de Punto MX. ¡BRUTAL! ¡Viva México!
¿Estáis preparados para ver estas fotos?
Además el servicio de Cascabel es encantador y nos invitaron hasta la cocina. Un placer y un buen rollo que se respira en todo el Gourmet Experience ya que a pesar del barullo que tenían los chicos de StreetXo también fueron encantadores. ¿Será porque adoran lo que hacen?
De postre no pudimos resistirnos a un helado de Rocambolesc. Yo para variar escogí yogur con sirope y petazeta de chocolate. (No me matéis por esta foto, yo también me estoy muriendo de gula al volver a verla)
Y para dormir escogimos el Roommate Oscar. Comodísimo, en pleno Chueca y muy cerquita de Al trapo, otro restaurante que me encanta y al que no tuvimos tiempo de ir en esta ocasión pero que os recomiendo un montón para una cena divertida e informal.
Y os preguntaréis ¿dónde está la odisea? ¡Aquí viene! Después de estos días maravillosos rodeada de colegas a los que les apasionan las mismas cosas que a mí y de sentirme como un niño después de ver a Cristiano Ronaldo cuando hablo por ejemplo con Juan Mari Arzak, llegó el momento aventura cuando al llegar a Chamartín empezamos a oír rumores del estado de las vías entre León y Asturias así como de la posibilidad de tener que hacer el último tramo de trayecto hasta Oviedo en Alsa. Ira y yo, que nos tomamos la vida con calma fuimos dándonos cuenta de que no era un farol cuando al llegar a Siberia, digo León, nos bajaron y nos trataron como exiliados de guerra. (Si, ok, estoy exagerando un poco pero así tiene más gracia).
Entre «Jijis» y «jajas» nos subieron a un autobus con la intención de llevarnos a Ovetus cuando de repente La Benemérita nos paró y nos hizo dar la vuelta. ¡Aquí empezó el caos! (Nosotras seguíamos con jijis y jajas no os preocupéis). Dos horas después deciden que nos hospedaremos en el Hotel Tryp y al día siguiente nos dirían si se partirá para Asturias o no. Tras un delicioso menú degustación (nótese la ironía) y con la incertidumbre de qué sería de nosotras mañana nos fuimos a dormir entre risas. Conseguimos volver a Asturias por un Huerna de película de catástrofes de los domingos de Antena 3 TV y ¡por fin!, sanas y salvas llegamos a Asturias.
¿Volvería a Madrid Fusión? Sí. Una y mil veces. Y repetiría este viaje sin modificar ni un segundo. Adoro la gastronomía y por tanto mi trabajo casi tanto como a las personas que forman parte de este mundo (quitando a cuatro «divochefs»), me gusta disfrutar de los conocimientos culinarios o no de otras personas, conocer nuevos productos y costumbres. Soy una enamorada de mi profesión que como todo el mundo en ocasiones duda y se pregunta ¿cómo habré decidido dedicarme a esto?. Pues bien, esta clase de eventos hacen reafirmar la teoría de mi padre de que nací para esto y me hacen darme cuenta de que esta vida se ha perdido una medico mediocre para ganarse a una gastrónoma feliz.
¡Un abrazo gastrónomos!
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