¡Hola gastrónomos!
Abrochad vuestros cinturones porque nos vamos a Salamanca. Os quiero llevar a un lugar que me parece maravilloso, un destino que si una de vuestras pasiones es la gastronomía y, en concreto, el mundo del vino tenéis que conocer.
Hoy nos vamos a Hacienda Zorita, un hotel en el Valle del Duero del que es imposible que no os enamoréis. Su arquitectura, sus paisajes, su vino pero, sobre todo, el trato. Es difícil decir eso pero en Hacienda Zorita, a pesar de lo maravillosas que son sus instalaciones, el personal no puede ser mejor. Desde recepción al personal de desayuno te hacen sentir tan a gusto que da pena despedirse de ellos cuando te vas.
Os dejo un video para que os hagáis una idea de como son el entorno y las instalaciones.
Historia
Este rincón está lleno de historia. Desde Doña Inés de Limoges, los Dominicos a Cristobal Colón.
«En 1487 Cristóbal Colón permaneció alojado en Hacienda Zorita como invitado de los dominicos durante los meses que duraron las históricas Conferencias de Valcuevo, en las que Colón convenció a Fray Diego de Deza, Prior de los Dominicos y confesor de la Reina Isabel la Católica, y a los profesores dominicos de la Universidad de Salamanca sobre la viabilidad de la nueva ruta hacia las Indias. ¡Y les convenció!»
Aquí puedes leer más, pero allí lo vivirás en primera persona.
Planazo con amigos, pareja o en familia
Uno de los punto fuertes de Hacienda Zorita es la versatilidad de sus instalaciones. Allí puedes ir en pareja, en familia o con amigos y disfrutar de las muchas facetas que te puede ofrecer.
Pero, lo que no te puedes perder es su visita a las bodegas y la degustación de vinos de la mano de su simpático sumiller. Esta actividad está incluida en el alojamiento y merece verdaderamente la pena. Aquí os dejo un link donde está toda la información, horarios y teléfono de contacto para reservar la actividad.
Vino en la naturaleza y un señor ron
Otro plan que tienes que hacer sí o sí si visitas la Hacienda es tomarte un vino y un plato de su jamón en la terraza y dejarte seducir por la tranquilidad que se respira. Poco más se puede pedir.
Por supuesto, también puedes llevarte vino o alguno de sus quesos para que la vuelta no sea tan dura. Personalmente, la relación calidad-precio me parece excelente. En esta última visita me sorprendió mucho el ron que, a pesar de no ser una gran fanática de esta bebida, me encantó.
Se trata de Sister Isles, un blend de rones caribeños que viaja hasta la Hacienda donde se envejece en barricas de roble americano y francés donde anteriormente estuvo el vino.
Gastronomía local, trato especial
Otra de las cosas que me resultan más encantadoras del hotel es la libertad a la hora de picotear algo tanto en horario como en espacio. Puedes disfrutar de alguno de sus platos en cualquiera de los salones, tal y como si estuvieras en casa.
Tomar un vino, picotear un poco y hablar delante de la chimenea es otra de las cosas que merece la pena en Hacienda Zorita. Para rematar déjate aconsejar con su coctelería, yo te recomiendo probar el cóctel de la casa. ¡Ojo! Es terriblemente adictivo.
Si lo deseáis también cuentan con restaurante pero a mi el toque informal de la primera opción me parece lo más.
Entorno
No puedes irte sin descubrir los Arribes del Duero, un paisaje verdaderamente sorprendente que forma parte de las maravillas de España. Hay una excursión por el río que merece verdaderamente la pena. La duración es de 1 hora y 30 minutos. Aquí os dejo el link con más info.
El propio hotel también realiza una experiencia privada en barco. Podéis pedir info en recepción o a través de su web.
Otros planes:
- Disfrutar de su spa
- Visitar su granja eco
- Pasear por la naturaleza de los alrededores
- Leer en su terraza
- Respirar aire puro y comer unos torreznos en el bar del pueblo
- Comprar en su tienda alguno de sus productos como quesos o el aceite. ¡Buenísimos!
Reservas
El mayor problema en Hacienda Zorita es el de las reservas. Hay mucho enamorado de este hotel, por lo que lo ideal es que tomes la decisión con tiempo y más si son fechas clave.
Aquí puedes ver disponibilidad, el precio del alojamiento así como los distintos tipos de habitaciones. Cualquiera de ellas es maravillosa.
¡Os va a encantar! Yo espero volver en verano y disfrutar del calorín, aunque en otoño-invierno tiene un encanto y unos colores que merece la pena descubrir.
¡Nos leemos pronto!