La Latina es un barrio por el que no me suelo perder en Madrid. No entiendo el motivo: la distancia desde mi casa no es tanta y las excusas para acudir son muchas; incluyendo oferta cultural, vida nocturna y gastronomía por descubrir. Hoy, me quito ligeramente el sentimiento de culpa hablándoles de un descubrimiento este barrio madrileño: el restaurante vegano Viva Burger.
Cuando publiqué en Instagram la foto de la hamburguesa de Viva Burger y mencioné que era vegana, saltaron las alarmas en los comentarios. Defensor acérrimo de las bondades de croquetas, chipirones o morcillas como soy, entre mis conocidos surgió el desconcierto. Porque esto es exactamente lo que propone Viva Burger: que el más convencido de los carnívoros se convierta a su filosofía, su forma de pensar y su manera de ser.
La identidad del local es clara, y su sinceridad se agradece. No esperen un ambiente formal. Las mesas son de madera, las paredes están decoradas con motivos veraniegos y los camareros y dueños del local se encargarán de saludarle como si fuese cliente habitual. Incluso, si llaman al local con antelación para reservar, se dan masajes en la planta baja. Viva Burger ofrece eso que tan pocos intentan transmitir: una experiencia completa, en forma y contenido.
Bueno, ¿y qué hemos comido?
La convocatoria estaba pensada para probar el recién salido del horno menú navideño de Viva Burger. Disponible ya desde el 1 de diciembre, incluye primero/entrante, segundo/principal, bebida y postre.
El entrante resultó tremendamente interesante. Lo que parecía morcilla de Burgos era en realidad una croqueta de arroz negro con alga. El alga nori, empleada para este plato, da una vez cocinada una textura y sabor muy parecidos a los de la carne. Junto a la croqueta, un pincho de boletus con queso azul (hecho con leche de soja, no se me asusten) y cebolla caramelizada.
El principal, apabullante. La hamburguesa Merry Burger. De tamaño perfecto para devoradores, servida en pan rústico con una generosa ración de patatas, no eché en falta la carne entre tanto sabor e ingredientes como castañas, queso, piñones o cebolla confitada.
Nos tuvimos que marchar con un sorbete de fresa con cava, aunque habríamos estado allí mucho más tiempo.
Como siempre gastrónomos, si pasan, no duden en contárnoslo por nuestras redes. También pueden venir a mi casa, picar a la puerta, subir, tomar un café, ir al baño, y decirme qué les ha parecido Viva Burger, pero es como menos práctico.
¡Hasta la próxima!