¡Hola gastrónomos!
Hoy vengo con un tema que más o menos había tocado ya en alguna entrada anterior pero que hoy quiero juntar en un mismo texto.
Cada día veo a más gente preocupada por su alimentación que se siente perdida a la hora de hacer la compra. En Instagram los perfiles de comida saludable crecen como la espuma y, cada día más, la industria se beneficia de estas tendencias. Si hace un tiempo nos hacían creer que llevar una dieta libre de gluten aun sin tener la enfermedad celiaca era “sano sanísimo”, hoy estamos en el momento “libre de azúcares”, que conlleva una sustitución por ciertos ingredientes que hacen parecer buena hasta el peor de los azúcares refinados.
Hoy quiero compartir con vosotros aquellos ingredientes que, personalmente, evito a toda costa. También he de decir que, gracias a Dios, me crié con mi padre, un adelantado a la generación Carlos Rios, que siempre nos hizo primar aquellos productos que no tuvieran en su composición lo estrictamente necesario. ¡Prioriza productos que no lleven etiqueta, como frutas y verduras, y será mucho más fácil!
Los “E” omnipresentes
Vamos a empezar por los “E”, esos personajillos que se cuelan en la mayor parte de los lineales de los supermercados y que parecen imposibles de entender. Para que no te vuelvan loco, aquí va un breve resumen:
- E 100- E 199 Se trata de aditivos colorantes.
- E 200- E 299 Son conservantes que evitan el crecimiento de microorganismos para aumentar su caducidad.
- E 300- E 399 Estamos ante los antioxidantes, cuya función principal es evitar que las grasas se arrancien y también mantener el producto.
- E 400- E 499 Emulgentes, estabilizadores y espesantes formar parte de esos “E”. Se utilizan para dar consistencia, para estabilizar o para “mezclar” o “emulsionar”.
- E 500- E 599 Son reguladores de acidez o antigrumos. Para permitir que los productos se conserven por más tiempo y que las harinas se apelmacen.
- E 600- E 699 Generalmente saborizantes. El famoso E601 o “glutamato monosódico” es uno de los más polémicos. Se utiliza en la comida oriental mayoritariamente.
- E 900- E999 Aquí se encuentran varias sustancias como edulcorantes sin valor nutritivo que aportan dulzor a los productos.
Diferentes estudios han demostrado que el consumo de algunos aditivos está relacionado con diversas enfermedades y patologías. Cierto es que no todos son dañinos. Hay dos webs en las que se pueden consultar todos y que yo uso con frecuencia:
- e-aditivos.com
- aditivos-alimentarios.com
Dicho lo cual, ya podemos pasar a los 10 ingredientes que, bajo ningún concepto, se cuelan en mi cesta de la compra. ¡Allá vamos!
- Glutamato monosódico. Un gran castigado en los últimos tiempos y que se encuentra en muchísimos productos. Lo encontraremos en aliños preparados o comida asiática elaborada pero también en la sopa de sobre, en muchas galletas, en refrescos… Está muy relacionado con la obesidad. Aquí os dejo un artículo por si os interesa saber más.
- Jarabe de maíz con alta fructosa. Es un edulcorante líquido presente en bebidas carbonatadas, dulces, siropes, etc, creado a partir del almidón y la fécula de maíz. También denominado JMAF o HCFS. Muy relacionado con la diabetes de tipo 2, entre otras muchas cosas.
- Aceite hidrogenado y parcialmente hidrogenado. “La hidrogenación es un proceso químico mediante el cual los aceites se transforman en grasas sólidas mediante la adicción de hidrógeno a altas presiones y temperaturas, y en presencia de un catalizador”. También conocidas como grasas trans. La OMS recomienda evitar su consumo ya que, por ejemplo, actúan de bloqueante para el colesterol bueno o HDL.
- Nitritos de sodio o E250. Se suele encontrar en productos elaborados con carne o pescado, como jamón de york. Se ha demostrado que provoca cáncer en animales de laboratorio, y por ende, también lo podría provocar en los humanos.
- Galato de propilo o E310. Presente en puré de patatas en escamas o sopas instantáneas. Os dejo una captura de aditivos-alimentarios.com porque poco más se puede decir:
- Acesulfamo-K o E950. Es un edulcorante artificial y potenciador del sabor fácil de encontrar en bollería, dulces, chicles. Aunque múltiples estudios (no sé sabe subvencionados por quien) demostraron que finalmente era “inocuo”, prefiero no incluirlo en mi dieta.
- Aspartamo o E951. Edulcorante sintético bajo en calorías presente en zumos de frutas, bebidas y en muchos de los productos etiquetados como “light” o “bajo en calorías”. Otro que supuestamente no es “tan malo” pero que yo cuanto más lejos mejor ya que me resulta innecesario.
- Bromato de potasio. Sal iónica presente, por ejemplo, en panadería industrial. En la Unión Europea está prohibido pero cuidadito con los productos de importación, como los americanos. “El bromato de potasio es un carcinógeno completo porque posee actividad en la iniciación y en la promoción de la tumorogénesis renal, sin embargo el potencial visto ha sido débil en ratones hamster. En contraste con esto, el bromato de potasio mostró un fuerte potencial para producir aberraciones cromosómicas in vivo e in vitro”. Para leer más sobre este estudio haz click aquí.
- Tartrazina o E102. Colorante amarillo anaranjado. Otro que se merece una captura de aditivos-alimentarios.com
- BHA o E320 y BHT o E321 muy presentes en frituras industriales, mayonesas, bebidas lácteas. Están prohibidos en países como Australia y Japón. En el caso del BHA, el doctor Nicolas Olea confirma en un estudio que “es un contaminante hormonal que, al tener estructura química semejante a los estrógenos naturales, mimetiza la acción de estas hormonas, alterando el funcionamiento del sistema endocrino. Diversos estudios han evidenciado efectos como pérdida de fertilidad, cambios en el desarrollo, daños a la tiroides o mutaciones. Además es una sustancia sospechosa de causar cáncer”.
Y esto es todo amigos. ¿Sabíais esto? ¿Qué ingredientes evitáis a toda costa?
¡Nos leemos pronto gastrónomos!