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Cómo comunicar un negocio de hostelería

Hace años alguien me dijo: «da igual si eres Pablo Neruda si nadie te lee». Ahora, unos diez años después, y más desde que me especialicé en comunicación tras cursar el Máster de Social Media Manager, me doy cuenta de que tenía muchísima razón. Porque, dejando a un lado que el amor al arte es fundamental, si eres escritor necesitas quien te lea, si eres director de cine quien vea tus películas proyectadas y si eres cocinero, quien deguste tus platos.  Es así.

En el post de hoy hablaré precisamente de eso; de la importancia de saber comunicar nuestro proyecto, así como puntualizaré algunos pasos que considero fundamentales a la hora de querer gritar al mundo lo que haces.

Sí, sé lo que estás pensando, y claro que para todo hay excepciones; es bien sabido que Zara nunca hizo publicidad, -y fue una de las claves de su éxito-, o que Mercadona no hace anuncios en la televisión, y que seguro que conoces más de un restaurante o tienda de alimentación que pasa de todo y aun así triunfa. Pero, en la gran mayoría de los casos, una buena imagen online y offline, con todo lo que eso conlleva, es fundamental para conseguir los objetivos marcados. Como ir bien peinado, llevar limpio el uniforme o tener en perfecto estado de revista la sala del restaurante.

Experiencia cliente

Una de las cosas que más han cambiado a lo largo de la historia del marketing es la experiencia de cliente.  Antiguamente, en el caso de la hostelería, se descubrían locales por el boca a boca o los medios convencionales y la sensación final se compartía entre los más allegados. Punto. En la actualidad, este proceso se ha hecho más complejo. La experiencia cliente comienza desde que alguien te habla de un restaurante, lo lees en su perfil de Facebook o ves una foto en Instagram. Posteriormente, pasamos a la búsqueda de información, ya sea entre otros amigos, en blogs o en Don Google. En el momento en el que entra en juego el todopoderoso mundo virtual se abre la caja de Pandora de la información. Puedes ver lo que opinan otros usuarios, saber la ubicación exacta, dónde esta el parking más próximo y un largo etcétera. Pero ahí no se acaba todo; una vez realizada la reserva y tras disfrutar del almuerzo pertinente, la experiencia continúa, ya que esta sigue, por ejemplo, cuando el comensal comparte sus fotos o su opinión en las redes sociales. Digamos que estamos en ese punto en el que es necesario enseñar al mundo lo que uno hace para que se cumpla. El clásico no vale con tener novia en el pueblo sino que lo importante es llegar en septiembre a la ciudad para contarlo.

Como dije hace unos meses en un artículo para El Norte de Castilla:

Estamos en la década de los “foodies”, la de esos jóvenes que recorren los mejores restaurantes en busca de aquellos platos, en su mayoría fotografiables, para compartirlos en las redes sociales. Estamos en la época en la que no solo vale con contar la hazaña entre familiares y allegados y recomendar cierto rincón, sino en el que la experiencia gastronómica no se da por culminada sino existe interacción con los followers y su comunidad no saborea el homenaje gastronómico en cuestión a base de likes. Me atrevería a decir que, en determinados casos, para algunos, sin foto, no tendría sentido la visita.

Lejos de meterme a juzgar el peligroso mundo de los egos y las apariencias en internet, hoy vamos a hablar de lo positivo de todas estas novedades y de cómo sacarle partido para tu negocio. Porque al fin y al cabo, nunca se había vivido una época en la que se haga tanta publicidad gratuita ¡POR PARTE DEL PROPIO CLIENTE! Esto era impensable hace unos años, mientras que ahora, el comensal, más crítico e informado que nunca, exige pero también da «perlas de visibilidad», casi como una obligación o responsabilidad por su parte.

Pero… ¿Cómo cuidar tu imagen para dar lo mejor de ti dentro y fuera de tu negocio?

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No vale con encargar una web maravillosa y luego olvidarte para siempre. Una de las maravillas del mundo 2.0 es su inmediatez, pero es un arma de doble filo. ¿A dónde quiero ir a parar? A que tienes que actualizar contenido en tu web, tienes que estar pendiente de subir o que te suban los cambios de carta, fotos actualizadas del local, del equipo… Piensa la posibilidad de hacer un blog con recetas, eventos que realices en el local, información de jornadas. El SEO, Search Engine Optimization, es el motor del mundo. Digamos, en un resumen muy de andar por casa, que es el encargado de que tu página web aparezca de forma orgánica -o bien sin pagar-, en los primeros puestos ante una determinada búsqueda. Por ejemplo, si pones blog Asturias gastronomía, gracias a trabajar el SEO, gdegastronomia.es aparece en los primeros puestos. Haré una entrada próximamente hablando de algunos puntos importantes para cuidar el posicionamiento SEO de tu web, todo ello gracias a las enseñanzas del crack Ibon Berra, de Despunta Marketing,  a lo largo de estos años.

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No hay nada peor en el mundo digital que una red desatendida. Esto me recuerda mucho a la gente que se apunta al gimnasio, se compra un modelito ideal, va dos días y luego lo deja. Sí, yo he sido una de esas personas. Pero las redes sociales, como el deporte, necesitan de perseverancia y constancia. Es por eso que debes cuidar la periodicidad de tus publicaciones. Da muy mala imagen entrar en el Facebook o Instagram de un negocio y ver que la última foto es de hace cuatro meses. Puede parecer un detalle insignificante, pero es el equivalente a no quitar el cartel de cerrado por vacaciones en la puerta. Mucha gente al entrar en unas redes «abandonadas» pensará que el negocio no está abierto al público, no está pasando por su mejor momento o es un desastre. ¡NO somos conscientes del poder de las redes! En lo bueno y en lo malo. Así que cuídalas o déjalas en manos de quien las cuide por ti.

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Aunque ya hay más de 3 mil millones de usuarios activos en redes sociales, los medios convencionales siguen jugando un papel muy importante, sobre todo a nivel regional. Es por eso que es recomendable, por ejemplo, aparecer en ciertos suplementos especiales, o en determinados programas locales. Aunque la prensa y radio pueden parecer medios muy caros, es sorprendente las ofertas y algunos tipos de formatos como el branding con huecos libres. No subestimes el poder de una campaña de las de siempre. Aquí puedes dejarte guiar por una agencia de publicidad, yo colaboro con Impact5 y ahí he aprendido muchas cosas sobre este apasionante mundillo. Pero, como en todo, necesitas saber en qué invertir. Punto que tocamos a continuación.

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¡No gastes a lo loco! Facebook está haciendo una campaña muy potente limitando a nuestro público con el fin de que realicemos inversiones en publicidad pero ¡cuidadin!, como te decía, hay que saber como invertir para no perder el dinero. Cuida los alcances, el público al que quieres dirigirte, el radio de acción… Y si todo esto te suena a chino, recurre a un profesional, pero no gastes dinero en promociones sin sentido, porque el resultado tampoco lo tendrá.

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Al igual que en el restaurante, o en la cocina, tienes una personalidad, una filosofía o un decálogo de tu negocio, en tu imagen virtual debes seguir también unas pautas que vayan acorde a lo que simbolizas. O bien:

  • Selecciona tu tono comunicativo, o cómo quieres dirigirte a tus lectores
  • Cuida las fotografías, trata de mantener una línea
  • Procura tener la misma imagen de perfil en todas las redes. Es una forma sencilla de que se te reconozca a simple vista
  • No descuides la ortografía. Aunque entendamos las redes sociales como un medio más informal, la RAE siempre es la luz al final del túnel
  • Aporta contenido de valor que no sea solo de tu negocio. Por ejemplo, noticias que te identifiquen, otros compañeros cuyo trabajo te gusta…

Por último decirte que, aunque seguramente odies las plataformas de opinión como la archiconocida TripAdvisor, no descuides los comentarios de los clientes. Cuida tus formas a la hora de responder, atiende las preguntas y trata de aportar una respuesta que sirva para que el comensal te dé una oportunidad en el caso de que se haya ido disconforme o de agradecimiento en el caso de que la puntuación haya sido óptima. Muchos dicen que no hay que alimentar a la bestia, pero esta se ha hecho demasiado grande y, aunque no debes darle más importancia de la que tiene, sí es interesante que la gestiones con cabeza.

Y por último, si queréis ayuda en un determinado tema que se os va de las manos o necesitáis asesoramiento en vuestro proyecto gastronómico podéis escribirme un email a consultoria@gdegastronomia.es. ¡Suscríbete a la newsletter para no perderte ningún post!

 

¡Nos leemos en el siguiente post!

G de Gastronomía

 

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