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Mi Candelita. Mediterraneo en pleno Cantábrico

Hay veces que las palabras me salen solas y otras que me quedo literalmente sin ellas. Escasean, flojean o se me bloquean los conceptos en la mente fruto de un popurrí de sensaciones que no son fáciles de plasmar. Literalmente es esto lo que me ha pasado con Mi Candelita. Por eso he necesitado unos días para poder alinear las ideas y convertirlas en un artículo.

Tras años oyendo a mi amigo Pascual Cabaño hablar de Fran Heras de Llamber, por fin tuve la suerte de sentarme y compartir unas palabras con él y con Miguel Llano. Dos de esas personas que te hacen incrementar la pasión por esta profesión y con las que el tiempo siempre es enriquecedor.

Curriculum Vitae

La vida de Fran está muy ligada a Cataluña. Allí regenta dos de los locales con más éxito de la ciudad: Llamber (homónimo a su antiguo local en Áviles donde hoy se encuentra Apiñón Bistro) y El Chigre 1979. Dos enclaves en los que exprime lo mejor de la gastronomía catalana y la asturiana. Sus inicios: junto a Ferrán Adriá, Ramón Freixa o Sergi Arola. También se dejó ver en La Broche de Miami o como director de catering del Palau de la Música de Barcelona hasta la apertura de los dos locales que hoy le convierten en uno de los hosteleros más reputados de la ciudad condal.

De nuevo en Asturias

Se define este local como el proyecto con más corazón de Fran Heras. Nada más y nada menos que un precioso homenaje a su hija Candela, luchadora nata y valiente con una cardiopatía congénita y motivo del nacimiento de este rincón.

Desde esta playa de Bañugues, tanto el chef como su mujer, buscan darle la paz que necesita y poder vivir en su tierra, con el aire puro que se respira a los pies del Cantábrico.  Motivo precioso para volver a su lugar de origen y aportar a la gastronomía asturiana su enfoque y su visión de los fogones.

 

Sensaciones 

Empezaré por el principio. Llegar a Mi Candelita fue para mi como respirar hondo. Sentarme en su mesa en la terraza en pleno Cantábrico me hizo pensar en la fortuna que tengo de poder vivir en Oviedo y estar a poco más de 25 minutos del mar. O bien, estar por la mañana en la oficina y poder ir a comer mirando el paraíso.

El local, tanto en su interior como en el exterior, es sencillo y conserva la esencia de chiringuito pero con esos toques que solo alguien que domina la decoración puede hacer, dotando ambas salas de una paz y un estilo muy únicos. La inspiración: claramente mediterránea.

Cocina

La carta es una clara declaración de intenciones. Fran Heras ama el producto y si, es de cercanía, mejor. Le gusta trabajar con productores con nombre propio y pequeñas realidades, y cree en la fuerza de la materia prima. Sin duda, un fiel representante de la filosofía Slow Food.

Cada arroz con su denominación de origen o variedad, cada pescado procedente de rula cercana, la de Luanco, a ser posible, y las verduras, cuando la meteorología lo permite, son de su huerta ecológica situada en Llanera. Una oda a la gastronomía de productor que respeta el «bueno, limpio y justo» que tanto proclama Carlo Petrini. Bueno con la salud, limpio con el medio ambiente y justo con aquel que lo elabora o recolecta.

Vinos

Una selección de buenos vinos que reflejan a la perfección el rollo de Mi Candelita. Por un lado, la sección «Enolocas. Vinazos de autora», que se ganó mi corazón desde el minuto cero. Una recopilación de 8 vinazos elaborados por viticultoras españolas.

Otro puntazo es encontrar generosos por copa. Fino, Manzanilla, Palo cortado o Amontillado. Papá, si me estás leyendo, este es tu sitio.  

«Viñas al límite» es otra recopilación de vinos de pequeños productores, elaborados en climas extremos o de viticultora heroica.

En un cómputo global: sobresaliente. Nuestra elección: el albarín Trasto de Noelia de Paz, una enoloca de los pies a la cabeza cuyos vinos merece la pena probar.


Arroces

Es difícil comer un buen arroz en Asturias. Y de una paella, ni te cuento. Nuestra elección fue el arroz «Mi Candelita» y la Paella de l’Horta.

El primero se elabora con verduras de temporada y es un arroz 100% vegano. Las verduras en su punto perfecto de cocción. El arroz, sencillamente, perfecto.

Además, con cada ración de este plato que sale a la mesa se hace una donación a APACI, una asociación sin ánimo de lucro para niños y jóvenes con cardiopatías  que apoyó mucho a la familia cuando la pequeña Candela fue diagnosticada.

La Paella de l’Horta os recomendaría que la probaseis porque es difícil describir su sabor. Se me hace la boca agua al recordarlo. Elaborado con la variedad Gleva, cada mordisco se convierte en una explosión. ¡BRUTAL!

 

Lemon pie

Miguel Llano se moría de la risa cuando dije que esta lemon pie sería una tarta que no me importaría que me lanzaran a la cara. Y no, no bromeo. No puede estar más rica y, ojo, soy muy critica porque las he probado en un montón de sitios. Buenísima.

Cierro estas líneas diciendo que ha sido una tortura volver a ver estas fotos. Como habéis podido observar, no pudo gustarme más este proyectazo de Fran Heras.

Volveré pronto,

G de Gastronomía

 

 

 

 

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