¡Hola gastrónomos!
El slow design se ha apoderado de las mesas. Emme Studio lo define así: un movimiento (que surge en los años 90 en Italia a partir del concepto slow food) y que reformula los planteamientos del diseño actual que muchas veces no tiene en cuenta a las personas y a la naturaleza. El manifiesto se basa en nuestra interpretación del movimiento slow y se resume en los siguientes puntos:
1. CENTRAMOS EL DISEÑO EN TORNO A LAS PERSONAS
2. EXPERIMENTAMOS Y DIALOGAMOS JUNTOS HACIENDO REALIDAD TUS IDEAS
3. PROPONEMOS SOLUCIONES SENCILLAS Y AGRADABLES
4. OPTIMIZAMOS LOS RECURSOS Y EL ESPACIO
5. CREEMOS EN EL PUNTO JUSTO Y EN EL GASTO ÚTIL
6. BUSCAMOS DEMOCRATIZAR EL DISEÑO
7. DISEÑAMOS PARA TU PRESENTE Y TU FUTURO
A lo que yo añado, desde mi breve conocimiento del mundo de la decoración pero fruto de fijarme en cada una de las mesas en las que he comido durante este año (que no han sido pocas como en mi volumen corporal se puede comprobar) que el 2017 ha sido el año de los verdes, de los azules, de las texturas que asociamos al mundo eco: maderas, rafia, blanco roto, vegetales. Las mesas siguen prefiriendo la ausencia de mantel y se tiende a usar individuales. Complementos de terciopelo en contraste con la eterna porcelana, en muchos casos mate, se hacen protagonistas de la decoración de la mayoría de los restaurantes. Cubertería con líneas geométricas. Cristalería clásica. Mezclas arriesgadas de tonalidades y combinación de materiales pero eso sí, evitamos el «caos ordenado» de temporadas pasadas y nos dirigimos hacia una mesa «más natural» de esas de «la he puesto en un minuto» aunque lleve un arduo trabajo detrás (como los recogidos desenfadados vaya).
Sin enrollarme más aquí va una breve selección de fotos de inspiración para alegrarle los ojos a todos los gastrónomos amantes de las mesas mimadas.
¿Cómo es vuestra mesa preferida?