¡Hola gastrónomos!
Todos aquellos que me seguís en las redes habéis visto que el pasado viernes ha sido la presentación a prensa del Festival de la Ostra de Castropol. Junto a personas del ayuntamiento así como bloggers gastronómicos como Cristina más conocida como Garbancita, El Cocinero Fiel y David de Les Fartures nos sumergimos por completo en el mundo de las ostras. Durante esta jornada hemos hablado sobre la segunda edición de este festival que tendrá lugar los días 1, 2 y 3 de mayo y en el que colaboran el Ayuntamiento de Castropol con los cultivadores locales Ostrastur y Acueo con el patrocinio de Anna de Codorníu y en el que participarán más de 60 establecimientos de Castropol y alrededores con diferentes planes gastroturísticos con la ostra como protagonista.
Además para los gastrónomos más pequeños habrá un concurso de cocina impartido por Jose Antonio Campoviejo del Corral del Indianu. Para los mayores también tendrán lugar showcookings no so pongáis celosos.
Volviendo a la jornada del viernes, he de reconocer que hace unos años cuando probé por primera vez estos moluscos iba con un poco de miedo por la consistencia, el sabor y sobretodo por toda esa cosa de comerlas crudas que siempre da pie a escenas cómicas en las películas cuando alguien come una y solo le falta pedir las últimas voluntades. Actualmente soy una auténtica fan de las ostras y disfruto comiéndolas un montón así que nada mejor que un almuerzo en el restaurante Peña Mar con este productazo como rey de la mesa y una excursión en barquito para conocer el lugar del que proceden: la preciosa ría del Eo.
La ría del Eo se encuentra en el extremo noroccidental de Asturias en la zona colindante con Galicia. Pero ¡OJO! no se te ocurra decirle a alguien de Castropol que es gallego. Bromas a parte, este es uno de los estuarios mejor conservados de España y por eso ha sido declarado Reserva de la Biosfera. Además de por las ostras en cuestión esta zona es también famosa por su rica producción de otros moluscos como almejas, berberechos, navajas.
Después de este rollete rutinario que os cuelo siempre…¿estáis preparados para empezar nuestro almuerzo virtual en el restaurante Peña Mar? ¡Allá vamos!
Para beber un albariño muy rico aunque echamos de menos una sidra o un vino asturiano. ¡Para la próxima!
Después del almuerzo nos fuimos al puerto marítimo donde un simpático lugareño nos esperaba en la embarcación para enseñarnos la ría y la batea de Ostraes. Allí, en el medio de la ría, nos encontramos esta plataforma donde nos explicaron todo sobre el cultivo de la ostra. ¡Fue una pasada!
En la batea se hace el trabajo de selección de la ostra y el preengorde. Se recibe la ostra en diferentes tamaños desde semillitas hasta los 2 cm.
El preengorde en este caso lo hacen en diferentes jaulas que se cuelgan de los puntones.
Después se colocan en los poches o sacos ostricolas. También vimos la forma tradicional de cultivo en vertical. Un momento genial para aprender algunas cosas que desconocía completamente. Espero que esta visita en barco se abra al público pronto pues será un plan ideal para hacer con amigos y disfrutar de la gastronomía in situ.
Lo mejor del día: disfrutar de unas ostras al natural en plena ría. Ese sabor a mar es indescriptible. Si no habéis probado las ostras aun por miedo ¡hacedlo!. Os aseguro que os encantarán.
Qué ganas de que sea mayo y disfrutar de esos 3 días de festivas con ostras, ostras y más ostras.
¿Os apuntáis?
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